Alejandro abre los ojos al mundo...
Y es cuando el mundo se abre ante la razón confortando las palabras que ni el fuego logra leer, solo respira, solo se arrepiente, muere de pie y ríe tal cual llego a él. Puede sentir lo efímero que es la delicia de dejarse caer sobre las nubes y hablarle al cielo. Las armonías comparten tres estrellas y mil mas lo escuchan reencarnar en la historia que jamás comenzó. Su estructura incorruptible derrama una lagrima dejando sangrar el amor escondido detrás de TI, caminando por las puertas transversales de sus ojos y penetrando en lo desconocido, enmarañando la línea que es la vida llegando al final solo para comenzar, solo para recrear aquel cuarto. Se da cuenta de lo que vivió en sus minutos de viaje, una pausa para disfrutar de la constante iteración de las cosas que se cifran al meditarlas. Solo ve a sus musas, aquellas que susurran su origen y lo invitan a olvidar que viejo es su corazón.
... a ustedes.