Pequeño texto que escribí una noche de tantas que el insomnio mantenía mi ser despierto.


"Son las 3 de la mañana, el ruidoso silencio me perturba de tal forma que me transformo en el rugir de un una gota destrozando la fina capa de sensibilidad que cubre el núcleo de un ser no consolado. Decido tomar una larga caminata por un camino tan largo que me trae de regreso al mismo lugar una y otra vez, me detengo a contemplar el horizonte morado, pero no distingo mas que aquella bestia que se refleja en el espejo. Después de una larga travesía amanece y vuelvo a la cueva de tela por un mar de minutos, solo para retomar mi camino ordinario de cada día."